Juan- Me gusta la
navidad porque hay excusas para todo, tanto para lo bueno como para lo malo.
Pero si eres de los que buscas la mínima oportunidad para compartir un poco de
cariño y de humanidad, pues… Yo me he hartado de dar besos y abrazos a los que
no se los suelo dar, que con la navidad parece que eso no es tan cursi. Además
a la gente le da por hacer más buenas acciones que de costumbre. Que sí, que es
una pena que tenga que ser navidad para que la gente sea un poco menos imbécil,
pero al menos te permite conservar un poquito de esperanza. Y supongo que ahora
me llevarás la contraria porque sí.
Alekséyev- Por supuesto. A ver, si la gente es más buena en
navidad es porque la mercadotecnia así lo ha querido. Es una pena que tu fe en
la humanidad se sustente en una campaña propagandística de amor con regalos.
¿De qué sirven estas pequeñas treguas si sabes que no podrás confiar en ellos durante
el resto de año?
-No tiene por qué ser
solo en navidad. Yo he visto gestos bonitos y altruistas durante todo el año.
Que sí, que ante la primera gran putada que veas en los medios o que sufras en
tus carnes, deseas echarle la culpa a todos los demás excepto a ti. Pero
siempre hay algo a lo que te puedes agarrar.
-¿Te acuerdas del
yonki aquel que vivía en el callejón? Ese hombre, a lo único a lo que se podía
agarrar era a su siguiente dosis. Y muchos tuvimos gestos altruistas con él que
más tarde agradeció rompiendo un escaparte para entrar a robar. Aquella muerte
se la buscó él solito, que aun desangrándose con el cristal, agarró todo el
dinero que pudo. Sí, es un caso. Pero todos teníamos fe en la humanidad cuando
íbamos a echarle un cable.
-Bueno, pero es
innegable que hay gente que ayuda a los demás a todas horas sin recibir nada a
cambio. El egoísmo no es lo único que mueve el mundo.
-¿Que no? Es lo
único. Los que ayudan se sienten gratificados porque es su forma de sentirse
bien. Lo hacen por ellos mismos, aunque indirectamente beneficien a otros.
-Sabes, no sé si
estás actuando o si realmente eres un nihilista en potencia.
-¿Ya sean acabado los
argumentos de “hay que creer en la gente, hombre” o “a veces se hacen cosas
buenas”?
-Mira, si no crees en
nada, ni siquiera en la Humanidad (que es el último refugio para los más
escépticos) no sé qué haces habitando este mundo todavía. Sí, todo es una
putada. Una grandísima putada. Pero por muchos palos y desengaños que te
lleves; por mucha maldad y mala suerte que haya a tu alrededor o sufras en tus
carnes, al final, y por muy triste que seas, seguro que hay por cojones un
último rescoldo de fe en el que sostenerte. Y seguro que no hay más porque no
has buscado bien.
-¿Y qué harías tú si
matemáticamente hay cero esperanzas?
-Pues mantenerme vivo
a ver si aparecen algún día.
-¿Y si no aparecen?
-Siempre nos quedarán
las pajas.
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