sábado, 10 de diciembre de 2011

*Bonus: minisagas (III)

XI.

Del enorme huevo verdoso emergió una mujer lagarto completamente formada. Fue muy afortunada desde el nacimiento: no tenía rabo pero sí unos poderosos cuartos traseros, una suave piel de escamas iridiscentes, útiles garras intimidadoras, visión infrarroja para detectar el calor y saliva venenosa. Evidentemente, le fue bien en la vida.


XII.

Del pequeño huevo rojizo salió el ser que me daría muerte en un futuro, según Oráculo. Es tan pequeñito… pero sé que cuando crezca me matará. ¿Podría cambiar mi futuro con un leve movimiento de cuchillo? ¿Me lo permitiría el Destino? Bah, yo no creo en eso, lo dejaré vivir.


XIII.

Clavé el puñal en mi pecho y me dolió muchísimo. Comprendí que moriría cuando me sacara la trascendente arma, dejando que la sangre brotará desde mis pútridas entrañas. Fue en ese momento crítico cuando me llegó el mensaje de que habíamos ganado el Euromillones. Así que llamé a la ambulancia.


XIV.

Recibió un calambrazo tan radiactivo que obtuvo el superpoder del teletransporte. Pero la diversión sin límites le corrompió y acabó viajando por el mundo para violar mujeres sin castigo. Hasta que recibió una estocada antes de percatarse y de nada le sirvió llegar al instante al mejor hospital del mundo.


XV.

Recibió un beso tan cálido que obtuvo el superpoder de ser persona. Aquella pobre mujer deshizo su coraza de hielo con un sincero gesto de agradecimiento infinito. Desde entonces buscó el cariño en cada esquina, pero como no tenía práctica con la gente, se tuvo que conformar con las putas.

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