sábado, 14 de enero de 2012

Lanzarse a la ducha con la bombona gastada y otros trucos de autocontrol


Alekséyec -Te llevo observando un rato y he visto andas medio cojo, resfriadísimo y con un chichón en la cabeza. ¿Qué te ha pasado, vida mía?

Juan -Pues básicamente que mis trampas contra mí me han hecho esta vez demasiado daño. El despertador me lo alejo de la cama para forzarme a levantarme, porque como lo tenga en la mesita de noche, lo desconecto y a dormir. Pero esta vez me he topado con demasiados obstáculos por medio y me tropezado. El chichón me ha salido buscando la Nintendo DS, que me la escondo para que cuando pase el tiempo medio se me olvide dónde la puse y no caiga tan fácilmente en el antojo. Alguna vez he aprobado exámenes por eso. Pero hoy la necesitaba para dejársela a mi prima y con las prisas, zasca. Yo es que escondo todo muy bien.

 -¿Con que poniéndote límites para no poder hacer el vago, no? Eso a veces es peligroso, como acabas de demostrar. Es más efectiva la fuerza de voluntad.

 -Ya, pero yo de eso no tengo. ¿Y sabes de dónde viene este moqueo tan malaje? Pues que como paso demasiado tiempo en la ducha disfrutando del agua calentita, para ahorrar agua, gas y tiempo apuro la bombona todo lo que pueda. Cuando hay poco gas, tardo mucho menos en salir, llegando a extremos de higiene supersónica inimaginables. Pues esta mañana el agua caliente ha durado diez segundos y por no cambiarla he cogido mucho frío.

 -Qué paquete. ¿Te enseñarán estas experiencias a no autoputearte y a no caer tan fácilmente en las tentaciones de la carne flácida?

 -Lo dudo. Estos trucos salvo días de bajío como hoy me funcionan normalmente. Que sí, que me molestan y me ponen a veces de mal humor, pero para ser disciplinado y cumplir una mínima organización tengo que recurrir a este tipo de mierdas. Si tienes una mente algo retorcida, puedes vivir correctamente aunque seas un débil de espíritu.