viernes, 24 de diciembre de 2010

El placer de la imagen

"Alekséyev" -Que no tío, que vayas a disfrutar, joé. No te preocupes por esas cosas.
Juan -Pero es que se supone que tengo que dar la talla en la fiesta. Como no me líe con alguna de las dos, voy a quedar hasta mal. Bueno, si es otra cualquiera tampoco estaría mal, pero eso ya no se me da bien.
-Yo creía que tú eras más alma libre, pero veo que necesitas complacer a los demás para estar a gusto en un sitio.
-No, no, eso ya no. Bueno, siempre queda algo, pero no es por la gente. Es porque se supone que las tengo fácil y como no caigan voy a quedar de pringao, mi reputación baja, las demás tías ya no me ven con (tanta tanta) lujuria y al carajo la imagen. Sí, ya sé tu siguiente pregunta: "¿Imagen tú?". Pues sí, al final resulta que con una buena imagen la vida es más fácil. Y ahora lo último que necesito es complicarme más la vida.
-¿Tú no eras el que decía que la imagen era un engaño y que para ser felices nos teníamos que despojar de la máscara de la superficie o algo así?
-Bueno, no era así exactamente. Sí, a mí me daba mucho coraje tu rollo de no saber mucho de tí y que pareces un personaje creado más que una persona auténtica. Pero te va bastante bien: tienes un trabajo interesante, tías a jierro y puedes hacer lo que te plazca donde te plazca, porque de eso va tu personaje. Tú eres un alma libre fingida y yo tengo que intentar serlo de verdad, por el camino difícil. Pues déjame que disfrute del teatro un poco.
-Sabes que no me gusta desmentir a la gente lo que piensa de mí, pero contigo voy a hacer una excepción. Quédate con esto: yo soy como quiero ser.

lunes, 20 de diciembre de 2010

Causa de ojeras (I)

Que desastre, con todo el trabajo que tengo que hacer y aquí estoy, haciendo el tonto. Entreteniéndome con cualquier tontería que pasa por mis ojos, con el internet, con la roña de mis uñas...Hasta que el toro no me sopla en la nuca no corro.
Tiene que haber una solución. No digo ponerme ahora al lío, que en verdad sí, es lo que debería. Tengo que encontrar una forma de cambiar el chip de mi cabeza. Volverme constante así del tirón.¿Qué puedo hacer? Si después dormiré dos horas pensando lo de siempre, que la próxima vez me tengo que poner antes. Paná, cada vez estoy peor, cada vez más perro. Y lo peor es que dejo de hacer muchas cosas en este tiempo en el que estoy danzando porque se supone que es tiempo de trabajo. Aunque al final, para no aprovechar nada, mejor me podía haber ido con mis amigos a ver el partido. Mucho más productivo habría sido.
Ya está, me haré un horario. No, eso es paná, siempre pienso en hacerme uno pero nunca en la vida lo he conseguido. En verdad, ahora que lo pienso, estoy intentando cambiar mi personalidad desde dentro, sin recibir ningún estímulo o palo que me invite a ello. Se supone que así es casi imposible pero mi mente especial de artista lo debería conseguir. La mente, o al menos la mía, es plástica, moldeable, la puedo cambiar a mi voluntad. Creo que el fallo está en que con mi mala memoria y mis despistes, olvido que he cambiado.

viernes, 10 de diciembre de 2010

¿Tu perro coge carrerilla?

“Alekseyev”- Tenías que haberte pedido el día libre, hombre. Que había hecho unos apaños para sustituirte.
Juan – Gracias, tío. De verdad. Pero no podía aguantar en mi casa más tiempo. Necesito movimiento, que si no el tiempo pasa muy lento. También quería charlar…Sabes, me aterra pensar qué estará viendo ahora, qué estará sintiendo…o si simplemente se ha convertido en nada. Tú que tienes una respuesta para todo, ¿no me puedes decir algo ahora que me alivie?
-Te podría contar una hipótesis sustentada en vagos testimonios o lo que dicen algunas creencias y religiones sobre la muerte. Aunque por muy sabios que fuesen los que crearon esos cultos, dudo mucho que alguno diese con la Verdad.
-Entonces, ¿el paraíso en el que volveré a encontrarme con mi gente no existe?
-¿Acaso tú creías en él? Perdona mi crudeza pero tú a tu abuelo no lo vas a volver a ver más. Ni de carne y hueso y en forma de espíritu. Tu ahora necesitas creer que sí, que lo verás algún día, aunque tengas que esperar toda una vida. Eso, si realmente lo crees, mitiga el dolor. La fe alivia. Pero tengo entendido que tienes una mentalidad científica. A no ser que tu enajenación te cambie.
- Pues sí, me tiene cambiado. Creo que he encontrado una excusa para creer. Tengo algo encima que supera mis ganas de pensar. Sí, sí. Inaudito. Mira lo que tiene que ocurrir para controlar mi cabeza. Y eso que suele ser al revés, que con el dolor le des vueltas a la cabeza. Pero yo estoy más sereno y más religioso. Dolorido pero amueblado. ¿Por qué? ¿Se puede ser un friki también a la hora de encajar el dolor?
-Pero miarma, creer en Dios o en el alma es lo más típico en momentos como este. Y pensar que uno siente de una forma distinta a los demás, también. ¿Quieres un dato matemático? El dolor necesita duelo. Punto. Así que es natural que pases unos días o semanas recordando y sintiéndote mal. Y no vas a ser especial por eso: la ciencia nos ha hecho así.
-…Vaya, pensaba que por fin me estabas dando tu sincera opinión, pero solo me has dicho lo que suelo pensar. En vez de llevarme la contraria me has recordado mi opinión. Que grande.
- Es que si no lo hago yo, ¿Quién va a desenajenarte? ¿Tus ligues de mierda?