sábado, 6 de agosto de 2011

Buscando un final verdadero


Maestro- Échale un vistazo a mis nuevas creaciones.

“Alekséyev” se acercó al expositor de novedades y observó que, entre las máscaras y algún soldado medieval de madera, destacaba algo poco habitual en la obra de su jefe: un lirio, hermoso, grande, con un exquisito laqueado que hacía irresistible pasar el dedo por sus pétalos. En la peana, leyó la palabra “bésame” y consciente de que era un juego artístico, obedeció y posó sus labios sobre la flor. Mientras, el maestro comprobaba complacido como retiraba la cabeza súbitamente al percibir ese delicado aroma a almendras.

“Alekséyev” –Vaya, tengo que reconocerle el mérito de haber conseguido asustarme.

Maestro –Y yo te reconozco el mérito de ser lo suficientemente listo como para hacerlo. De todos los que han pasado por esa flor, eres el único que lo ha comprendido. Y mira que me parecía una idea brillante, pero después he caído que casi nadie sabe que el cianuro huele a almendras y que un simple beso puede ser suficiente para sufrir una rápida pero dolorosa muerte. De hecho creo que la mayoría ignora lo que es el cianuro.

-En parte, la cultura sirve para eso, para entender y disfrutar una película de Kubrick o de los Monty Python, un libro de Dostoievski o una obra suya. Me llama la atención esta nueva máscara, la de en medio.

-¿Qué te trasmite?

-Paz

-Dale ahora la vuelta pero ten muchísimo cuidado y no toques nada.

-Pinchos. ¿Pinchos perfumados con esencia de almendras? Esta vez no lo pillo.

-Sí lo pillas, es lo que estás pensando. Esta vez no es esencia de nada, es veneno de verdad. Sabes, creo que esa máscara es la prueba irrefutable de que estoy loco. Llevo mucho tiempo intentando tallarla y me ha costado muchas frustraciones. Y no sé si ha sido gracias a mi insistencia o ha sido a raíz de que me diagnosticaran las bolitas, pero por fin me ha salido, por fin he sido capaz de expresar en un trozo de caucho cocido ese sentimiento que no acabo de disfrutar. Por eso, si la cose se agrava y no hay esperanza de salvarme, dejaré el hospital y haré…lo que me plazca. Y cuando las fuerzas me abandonen y cuente con los dedos los días que me quedan respirando y poco más, me pondré esa máscara y me aliviaré por fin. No sé si me lo permitirán, pero quiero ser enterrado con ella puesta. Sé que desagradará a muchos, pero creo que representará absolutamente lo que seré en ese momento. ¿Ves como estoy loco?

-Meastro, creo que usted es la persona más cuerda de la faz de la tierra. Para su desgracia.

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