Juan -Creo que ya la
conozco demasiado y ha perdido el misterio. La posibilidad de que sea una
persona acojonante y especial se desvanece…
Alekséyev -Aun así
sigues queriendo tirártela.
-Efectivamente. Estaba yo pensando que si yo me canso de
casi todo el mundo, por muy especiales que pudieran parecer en un principio,
quizá yo… Quizá yo también le canso a la gente. Me esfuerzo en que eso no
ocurra y honestamente, creo que soy una persona interesante. Pero como parece
que aquí no hay nadie especial o que somos todos especiales y por tanto, no hay
nadie especial, es probable que más de uno y de una se haya hartado de mí.
Explicaría algún comportamiento que aun hoy me extraña.
-Hombre, haciendo una estadística rápida sobre toda la gente
que he conocido, en cuanto a interés estás por encima de la media. No hay que preocuparse
por eso, hombre. Hartarse es algo natural.
-Claro, a ti no te preocupa porque siempre eres una caja de
sorpresas. Alekséyev es un personaje
glorioso, nunca me canso de él porque siempre actúa como habría que actuar pero
de una forma imaginativa y valiente. A veces noto que, ante una situación
imprevista o polémica, un destello de incertidumbre se te pasa por los ojos
hasta que piensas: ¿qué haría Alekséyev?
Sin embargo, yo no tengo un personaje tan definido ni tan interiorizado. Yo soy
yo, opaco a veces, transparente casi siempre (para mi desgracia), siempre acabo
actuando con una lógica predecible. A mí esa lógica, esa manera mía de actuar, me
cansa. ¿No va a cansar a los demás?
-Gracias por lo de glorioso. Tío, tú eres una persona
curiosa, con inquietudes, que siempre comenta qué libro o película te acabas de
terminar. Vas evolucionando y aprendiendo, y eso te mantiene el interés siempre
que no te estanques. Pero como ya te he dicho, hartarse de alguien es algo
natural, que sucede y ya está, no hay que darle más vueltas. Quizá hasta sea
algo bueno: así no nos enganchamos a cualquier persona que aparece en nuestra
vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario