viernes, 21 de octubre de 2011

Lo artificial (I)


Juan- Realmente, ¿a ti te influye en algo la noticia de Gadafi o de la Eta? Porque veo a todo el mundo eufórico y feliz por cosas que no van a cambiar su vida ni un ápice.

“Alekséyev”- No, no van a cambiar nuestra vida a no ser que seamos vascos. O quizá sí porque nos hemos salvado de una ola de atentados futura. De todas formas, eso y lo del doble sieso de Santana se pueden catalogar como buenas noticias (aunque les puedas encontrar el lado negativo). Además hay gente a la que sí le afecta de verdad, y si sientes un mínimo de empatía o solidaridad…

-Sí, vamos a ver, yo me alegro y soy consciente de que es algo bueno, pero no doy saltos de alegría porque no va a pasar nada. Nada. La euforia es producto del bombo que dan los medios. Ellos son los responsables de esas sensaciones que tiene ahora todo el mundo y si no les prestaran tanta atención a la noticia no habría tantas muestras de felicidad. Por tanto, esa alegría es artificial, creada para que la gente la consuma.

-¿Pero qué hay de malo en eso? ¿Hay alegría natural y alegría artificial? ¿Se sienten distinto?

-Lo artificial no existe así como así, es una creación con un objetivo. En este caso, es solo el gran revuelo sobre Eta lo que nos da la euforia, por tanto, esa sensación es falsa. Falsa.

-Sinceramente, creo que lo que tienes es envidia por no ser capaz de alegrarte por un hecho histórico como este. Intentas convencerte de que no es para tanto. ¡Cúrate esa apatía, hombre!

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